Recorrido de la higiene bucal en la historia
Es un hecho demostrado que la dentadura humana necesita de unos cuidados básicos si no queremos tener problemas, sufrir dolor e incluso la pérdida de piezas dentales. La evolución nos dotó de inteligencia, pero por el contrario, en la biodiversidad hay especies animales que tienen una dentadura magnífica, sin requerir de los cuidados que nosotros necesitamos.
Vamos a hacer un recorrido por la historia de la humanidad y la salud bucal, viendo cómo se ha tratado de diferentes maneras a lo largo de los tiempos.
Importancia de la higiene bucal en la salud
La higiene bucal o bucodental engloba los dientes, encías, lengua y la cavidad bucal. Dentro de la higiene bucal es fundamental la higiene dental, a ella irán asociadas la salud de las encías, lengua y cavidad bucal.
La higiene dental es importante fomentarla desde la infancia, unos dientes sanos van a poder evitar muchos problemas en la edad adulta. Tener los dientes y encías sanos son una garantía de protección frente a numerosas enfermedades, ya que la mayoría de los microorganismos patógenos que penetran en nuestro cuerpo, lo hacen a través de la boca.
La mayoría de las afecciones dentales se deben a la acumulación de sustancias entre los dientes y encías, o lo que es lo mismo, debido a una falta de higiene dental adecuada.
Por otra parte, las infecciones que se producen en la boca pueden ser muy peligrosas si no se tratan y circulan hacia otras partes del organismo.
Una higiene bucodental adecuada es buena para los dientes y demás partes de la boca, para el sistema digestivo y para evitar el mal aliento.
Primeros indicios de salud dental en la historia
Pese a que no se han encontrado objetos al uso, en el hombre de Atapuerca se pueden observar marcas en sus dientes, fruto de haber sido hurgados con un palillo o similar con el fin de eliminar los restos de comida. Esto nos demuestra que la preocupación por la salud bucodental no es cosa actual, sino que ha acompañado al ser humano desde hace mucho tiempo.
En las primeras grandes civilizaciones de las que se tiene constancia (Sumerios, Babilonios…) ya se practicaban tratamientos para el cuidado dental y las molestias que se producían. Los sumerios se limpiaban la dentadura con una mezcla hecha de alumbre (sulfato de alúmina y potasa), menta y turu (una hierba aromática). Era una mezcla que podía dañar seriamente el esmalte de los dientes y que se empleaba en pequeñas dosis para eliminar el sarro y las manchas dentales.
Higiene bucal en el antiguo Egipto
Según fuentes de National Geographic, los egipcios de la antigüedad comían grandes cantidades de cebolla, rábanos y ajo…cosa que no favorecería mucho a un buen aliento. Para solucionar esto, recomendaban a las mujeres masticar unas bolas hechas de mirra, cinamomo, cápsulas de junco e incienso.
El historiador romano Plinio relataba que los egipcios se limpiaban los dientes con una caña o con una rama masticada, a las que aplicaban una pasta hecha con raíces de plantas, a modo de dentífrico. En las excavaciones de tumbas egipcias no se han encontrados objetos de limpieza dental y en numerosas dentaduras de observan acúmulos de sarro, lo que nos hace deducir que los métodos no eran del todo efectivos.
La caries no era muy habitual entre las clases populares ya que apenas ingerían azúcares, en las clases altas, que degustaban pastelería con miel y dátiles, sí que era un problema habitual.
Por contraparte, el mayor problema dental de los egipcios, pese a que procuraban tener higiene dental, era a causa de la arena del desierto. Con el viento, el polvo de la arena se introduce en la boca y los alimentos y crea erosión en las piezas dentales y abscesos. Las infecciones a causa de abscesos bucales eran muy peligrosas y causa de muerte bastante frecuente.
Entre las clases altas del Egipto faraónico había bastante cuidado por el aspecto físico, incluyendo el dental. Se tiene constancia que entre las clases altas existía un tratamiento para blanquear los dientes, consistente en una pasta de piedra pómez molida y vinagre de vino. Este método puede perjudicar seriamente el esmalte dental…¡es de hace 4.000 años, no se lo recomendamos!
Higiene bucal en la época de griegos y romanos
En la antigua Grecia encontramos las primeras referencias a la odontología a partir de Hipócrates y Aristóteles, quienes adoptan el método científico para la medicina y escriben sobre procedimientos de esterilización mediante un alambre caliente, extracciones dentales, ungüentos y el uso de alambres para estabilizar fracturas y realizar puentes sobre dientes ausentes.
Se han encontrado numerosos documentos que describen cómo en la época romana el cuidado de los dientes era algo considerado de importancia.
En esta época es común la utilización del mondadientes después de las comidas.
La búsqueda de la eliminación del mal aliento y el cuidado de la dentadura les lleva a utilizar una pasta de dientes hecha a base de polvo de piedra pómez, vinagre, miel y sal. Obsérvese que comparten algunos elementos con la pasta para blanquear de los egipcios. Los romanos también presumían de tener dientes blancos, y para ello recurrían a pastillas aromáticas o a enjuagarse la boca con orina, una costumbre de Hispania que aseguraba una sonrisa resplandeciente gracias al amoníaco de la orina matinal.
Sin duda los romanos habrían agradecido que en esa época hubieran existido soluciones “milagrosas” para las diferentes afecciones bucales, como el actual gel para aftas bucales…se habrían evitado sufrimientos, sabores desagradables y quizás también consecuencias poco agradables.
Para eliminar el mal aliento se recurre a pastillas perfumadas, mezclas de hierbas aromáticas o incluso a enjuagar la boca con vino antes de ir a dormir por la noche…
Los escritos de la época reflejan como los romanos aplicaban diferentes técnicas para reparar los dientes o extraerlos. Trataban las caries, realizaban una especie de empastes y construían prótesis de piezas en oro.
Higiene bucal en la Edad Media
Durante la Edad Media se produce un retroceso cultural general que afecta también a la medicina, y por lo tanto, al cuidado de la salud bucal.
Mientras que en el mundo islámico de la Edad Media se confiere gran importancia al cuidado de la higiene bucal, recomendando cepillarse los dientes coincidiendo con las 5 oraciones diarias, en la zona cristiana se produce un retroceso considerable respecto a épocas anteriores.
En los tratados de medicina islámicos encontramos que conocían la vinculación de sarro y problemas en las encías, tenían métodos para tratar el sarro, estabilizaban piezas dentales flojas e incluso sustituían dientes con prótesis hechas de hueso de animales. Entre las figuras destacadas encontramos a Abulcasis y a Avicena, que destaca la importancia de cepillarse los dientes con una mezcla de sal y polvo de cuernos de arce.
La medicina musulmana describe cómo rellenar cavidades en los dientes y cómo tratar los nervios dentales.
Por otro lado, tenemos a la medicina y la odontología en el mundo cristiano medieval, donde muchos de los escritos de griegos y romanos, en lugar de ser tomados como base (como ocurrió en la zona islámica) fueron prohibidos.
En la Edad media cristiana el tratamiento de los dientes pasa, en gran medida, de practicarlos los médicos a practicarlo los barberos/sacamuelas. La higiene dental de la población pasa a ser muy deficiente y son comunes os problemas por sarro, caries, pérdida de piezas dentales, extracciones dolorosas y sin medidas higiénicas adecuadas…
A pesar de todo esto, algunos conocimientos se conservaron. Guy de Chauliac (siglo XIV) recopila varios consejos de cuidado dental y recomienda el lavado de dientes con vino, menta, pimienta y otros agentes, a la vez que describe cómo hacer empastes con polvo de agalla, alfóncigo, mirra o alcanfor.
Lo común entre la población era que limpiaran su dentadura con trozos de tela y cenizas de romero. También se hacían pastas dentales con huesos de sepia, conchas molidas, incienso, canela…
Como ya anticipaban los romanos, era costumbre hispánica los enjuagues bucales con orina, en este caso para erradicar las caries. Según citan los historiadores, esta costumbre proviene de los celtas y los íberos, anteriores pobladores de la península ibérica.
¿Cuándo se inventó el cepillo de dientes?
Como hemos ido viendo a lo largo de la historia se han utilizado varios utensilios para eliminar la suciedad de los dientes, desde cañitas y ramas masticadas en egipcio, mondadientes en la época romana y griega, trozos de tela en la época medieval…pero, ¿Cuándo se inventa el cepillo de dientes?
El cepillo de dientes, más o menos similar al actual, se inventa en la China imperial en 1498, insertando pelo de cerdo salvaje en un mango hecho de hueso. El invento llegó a Europa gracias a las rutas de mercaderes, pero no gustó demasiado y no se comenzaron a utilizar hasta el siglo XVII, entre las clases altas, ya que era un artículo de lujo.
Las cerdas naturales tenían el problema de acumular humedad, siendo no muy higiénicos y transmisores de bacterias. El cepillo de cerdas sintéticas se inventó en 1938 gracias al desarrollo del hilo de nylon.
Higiene bucal del Renacimiento a la actualidad
Durante los siglos XV y XVI, Europa ve el renacer de la cultura y la investigación. A nivel académico, se refleja el estudio de la anatomía bucal, las prótesis y las afecciones bucales…pero a nivel población, la higiene dental europea sigue siendo muy precaria y con hábitos heredados de la Edad Media.
Posteriormente, la época Victoriana y la Revolución Industrial no aportan grandes avances en la higiene dental de la población, que continúa siendo deficiente.
Ya bien entrado el siglo XIX se inventan las primeras pastas dentífricas, más parecidas a las actuales, a base de bicarbonato y limón, pero tanto el dentífrico como el cepillo de dientes siguen siendo artículos caros que llegan solo a los más pudientes, se extiende el uso de la raíz del regaliz para limpiar la dentadura.
La democratización del cepillo de dientes asequible para todo el mundo llega con la evolución del mismo cuando incorpora las cerdas sintéticas de nylon, promoviendo su uso a partir de la 2ª Guerra Mundial.
Pese a que la evolución de la sociedad y los hábitos de consumo nos han traído problemas bucodentales evitables (sarro y caries por exceso de azúcares, tinción por el tabaco, gingivitis por higiene dental poco exigente…), podemos decir que, posiblemente, estamos en la época histórica donde más se está cuidando la salud bucodental, más higiene dental se practica entre la población y es más accesible a mayor número de personas…con lo cual, el balance es positivo para la salud bucodental humana.